Conceptos básicos de narratología
José Ángel García Landa
Universidad de
Zaragoza, 1989
Edición electrónica
2004, 2012
Los conceptos de la narratología
se obtienen especificando y precisando el sentido de cada uno de los elementos
de la comunicación narrativa, partiendo ya de los necesarios para definir la
narración. En una primera aproximación podemos contentarnos con muy pocos
conceptos, y definidos de una manera general. Esto puede ser suficiente en
análisis no específicamente narratológicos, si la estructura del texto
analizado no es muy complicada. Pero los conceptos sencillos e intuitivos no
son siempre suficientes: su inmediatez tiene la contrapartida de una falta de
precisión y de poder explicativo. Aunque sólo sea para explicar nuestra comprensión
intuitiva de las estructuras narrativas complejas necesitamos establecer un
metalenguaje especializado, que permita expresar matices que son ignorados por
el sentido corriente y vago que damos a los términos "relato",
"narrador", etc.
Partamos, pues, de la definición
de narración, que entenderemos como la representación semiótica de una sucesión
de acontecimientos. Centrando progresivamente nuestro objeto de estudio,
podríamos delimitar las narraciones lingüísticas de las que utilizan otros
medios semióticos, las narraciones literarias de las narraciones que utilizamos
en los informes o en la conversación corriente, etc. De la misma manera vamos
delimitando las disciplinas que servirán de apoyo y marco al estudio
narratológico que emprendamos: la estética, la teoría cinematográfica, la
historia, etc. En el caso de la narración literaria, destacaríamos la
importancia de la pragmática, el análisis del discurso y la historia literaria.
Ya centrándonos en el caso de una
obra literaria que consista en la representación lingüística de una sucesión de
acontecimientos, disponemos de varios elementos de interés para la
narratología:
· La sucesión de acontecimientos,
que denominaremos provisionalmente fabula o acción (los nombres concretos poco
importan, e incluso los conceptos etiquetados no tienen validez absoluta, sino
sólo con respecto a determinados proyectos críticos).
· El texto o discurso narrativo
que representa a esos acontecimientos.
· De la interacción de estos dos
niveles de análisis surge inmediatamente un tercer nivel, la historia o relato.
La fábula no aparece íntegramente representada en el texto: el texto la
perspectiviza, expande unos acontecimientos y comprime otros, elide algunas
partes, insiste sobre otras. Llamaremos historia (o relato) a la fábula tal
como es representada en el texto.
De las circunstancias mismas de
la comunicación literaria surgen más elementos de interés narratológico. El
emisor y el receptor del texto no son de interés exclusivo para la
narratología, pero sí se manifiestan de maneras peculiares en los textos
narrativos. La literatura consiste en textos fijados de una manera más o menos
absoluta, textos estructurados cuidadosamente de manera que han de ser
repetidos de manera literal para ser plenamente efectivos. Esta circunstancia
ya produce un distanciamiento entre el emisor y el receptor: el emisor deja de
ser él mismo para adoptar el papel de conservador y repetidor del texto; el
texto absorbe así en cierto modo su situación enunciativa, pide ser enunciado y
recibido como tal texto literario. Este rasgo de la literatura ya se da en la
poesía primitiva recitada, pero se acentúa con la comunicación literaria en
forma de libro. El emisor "físico", el autor del texto, se vuelve
irrelevante para el lector, y sólo su manifestación lingüística en el texto
deviene un elemento relevante de la comunicación literaria. Inversamente, el
autor dirige su mensaje a un público ideal, que puede o no coincidir con el
receptor efectivo o contingente. Cada texto ha sido compuesto en un momento histórico
concreto, de acuerdo con una estética y unos presupuestos culturales
determinables en gran medida (así lo exige la misma condición de su
comunicabilidad). En esta medida tiene sentido hablar del emisor y receptor
textuales como figuras que forman parte de la estructura textual, ya sea de
modo explícito o virtual.
La estructura de la comunicación
literaria comienza a adquirir la siguiente forma:
El autor se dirige a un lector
(ideal o textual) comunicándole la estructura de acción e interacción de una
serie de personajes (fabula)estructura presentada como una historia
estructurada narrativamente para su comunicación.
Pero hay otros sujetos textuales
entre el autor y el personaje. El menos discutible es el narrador, esa mezcla
de enunciador y personaje que antes de RolandBarthes no existía más que en
casos concretos, cuando se trataba de una narración ficticia en primera persona
(tipo El nombre de la rosa). Desde Barthes, sin embargo, quien habla, el
narrador, no es quien escribe, el autor textual, y quien escribe no es quien
es, el autor real. Pues el autor siempre se comunica de acuerdo con
determinadas estrategias textuales, y queda así convertido en un "ser de
papel". Narrar siempre nos ficcionaliza, nos hace adoptar un rol especial y
seguir un sistema de estrategias lingüísticas autónomo en gran medida. Todos
los textos tienen pues un narrador, que se define por oposición al autor
textual. La diferencia entre estos dos sujetos textuales puede ser mínima,
cuando el narrador es omnisciente, omnicomunicativo y reconoce la ficcionalidad
de su propia actividad narrativa; puede ser máxima cuando el narrador es un
personaje de ficción o cuando se atiene a unas normas narrativas que le
prohiben apearse de su papel, cuando el narrador ha de fingir ignorancia sobre
la historia o no puede adelantar acontecimientos. Así pues, pongamos al
narrador, definido en términos retóricos, como una figura diferenciada del
autor textual, definido en términos éticos. Conservando la simetría, deberemos
postular en el lado de los receptores al interlocutor del narrador, el
narratario, que de la misma manera como sucede en el caso del narrador, puede
coincidir en mayor o menor medida con el lector textual, desde la
identificación completa a efectos prácticos hasta la diferencia más radical:
por ejemplo, en las novelas epistolares los personajes son alternativamente
narradores y narratarios, destinadores o destinatarios de las cartas, mientras
que el autor textual y el lector textual permanecen como puntos fijos de
referencia.
Todavía otra pareja de sujetos
textuales se ha propuesto. Quizá "textuales" sea equívoco, porque
precisamente la actividad de estos sujetos no está relacionada con la
verbalización del texto narrativo, sino con la selección de percepciones y puntos
de vista. Se trata del focalizador y de su correspondiente receptor, el
espectador implícito. El focalizador sería el sujeto perceptor que transforma
la fábula en historia mediante sus actividades de selección y ordenación de
materiales. El caso más evidente es el favorecido por Henry James, que llamaba
"reflectores" a los personajes focalizadores a través de cuyos
pensamientos, percepciones, acciones, etc. entramos en contacto con la fábula. El
conjunto de los fenómenos de perspectiva son atribuibles a un sujeto textual,
el focalizador, que si bien en principio coincide con el narrador y su
actividad creadora o perceptiva, puede hacerse autónomo. Podemos así tener
cambios de nivel de focalización (el narrador focalizador cede la focalización
a un personaje focalizador) sin que conlleven necesariamente un cambio en el
nivel de narración. Estos cambios de nivel van indicados por los verbos de
percepción, que desempeñan un papel semejante al plano / contraplano en el
cine. Quizá Bal "personalice" demasiado al focalizador, y sobre todo
al espectador implícito, que es sólo un rol o actitud del narratario. Podemos
quizá entender mejor la focalización si la concebimos en términos de motivación
realista. Es decir, es uno más de los recursos que justifican una determinada estructura
narrativa mediante una transposición hecha desde el nivel de la fábula. La
motivación puede darse en otros niveles, por ejemplo en la narración: es el
caso de la narración ficticia en primera persona, que utiliza cualquier tipo de
memoria, carta, narración oral, etc. hecha por un personaje en la fábula y lo
presenta como texto. En el caso de la focalización, se utiliza la percepción no
verbalizada de un personaje. Parece claro que la focalización es una función
dependiente del plano de la narración, y que puede ser desempeñada por el
narrador o los personajes. El focalizador como sujeto textual no tiene
existencia independiente del narrador. En esto, sin embargo, no se diferencia
este plano de análisis, la historia, de los demás: cada plano se subordina
jerárquicamente a uno que lo engloba: la fábula es solo uno de los aspectos de
la historia, y la historia es sólo uno de los aspectos del texto narrativo.
Nuestro esquema básico asumiría ahora la siguiente forma:
Estos niveles son los básicos de
análisis del texto narrativo, no reducibles uno a otro. Pero cada uno de ellos
se puede multiplicar en dos direcciones: o bien mediante la yuxtaposición
simple (en lugar de un narrador, varios narradores que se alternan, etc.) o
bien mediante la inserción (es el caso de un narrador que introduce a otro
narrador). La inserción por cierto no es siempre nítida: al igual que en el
nivel de la frase tenemos el estilo directo y el estilo indirecto, en el nivel
de la narración el elemento inserto puede estar más o menos digerido o
asimilado por el nivel que le sirve de marco. Y además hemos de tener en
cuenta, como una posible complicación más de la estructura narrativa, que las
fronteras entre todos estos niveles son virtuales, efectos de lenguaje, y que
se pueden deshacer con la misma facilidad que se hacen, creando transiciones
imposibles entre unos y otros, efectos de metaficción, de reflexividad, etc.
Por último, hay que señalar que
este cuadro que aparece aquí de manera estática es una descripción abstracta de
la estructura textual. Pero podemos perspectivizarlo en mayor medida, si lo
presentamos, por ejemplo, desde el punto de vista del receptor. Para el
receptor, lo inmediato es el texto y las convenciones de interpretación que
conoce. Del texto extrae la historia, y a partir de la historia reconstruye la
fábula. El autor existe, en lo que a los datos de la obra se refiere,
únicamente en tanto que autor textual, y la figura del lector implícito se
construye de modo dinámico, midiendo el lector sus propias reacciones frente a
su interpretación de la actitud autorial textual y del narratario.
Narratología y otras disciplinas
La evolución más interesante que
se ha producido en el campo de la narratología en los últimos diez años no ha
consistido tanto en el desarrollo de nuevos conceptos específicamente
narratológicos como en un interés renovado en el fenómeno de la narración que
se ha producido en otras áreas de la crítica.
La narración se concibe no ya
como un simple género literario, sino como un esquema psicológico de ordenación
de la realidad, un marco de referencia que permite dar un sentido a los
acontecimientos (ya sean reales o imaginarios) insertándolos en una perspectiva
temporal, perceptual o conceptual, imponiéndoles un orden causal y teleológico.
Este nuevo enfoque es muy
fecundo, y resultará en la toma de contacto entre la narratología y otras
muchas disciplinas de estudio:
· La psicolingüística y la
psicología en general: Las categorías narrativas (argumento, personaje, punto
de vista, narrador, etc.) se pueden reformular desde un punto de vista
constructivista, considerándola como mecanismos de interpretación que se
aplican a un texto.
· La gramática textual: las
estructuras narrativas se cuentan entre las más frecuentes y poderosas
macroestructuras textuales (van Dijk).
· La pragmática: Todavía hayque desarrollar
una teoría satisfactoria que establezca las conexiones entre literatura y actos
de lenguaje. Es de suponer que el instrumento que permita esta reformulación
sean conceptos como motivo o género literario entendidos como acto de lenguaje
con características relativamente estables conocidas en una comunidad
determinada y utilizados como esquemas compositivos e interpretativos. La
relación entre la narración como esquema abstracto y los distintos subgéneros
narrativos, cada uno con las convenciones asociadas a él sería un caso
significativo y que permite apreciar la complejidad de esta empresa.
· Los estudios sociológicos y
políticos de la literatura, como la crítica marxista o la feminista. El
marxismo ya cuenta con una fecunda teoría de la narración como resolución
simbólica de conflictos sociales, la de FredricJameson. El concepto de cierre,
conclusión o resolución es central en este sentido: Jameson muestra como un
conflicto social se traduce en un conflicto entre estructuras literarias que
levantan problemas de inadecuación. La solución literariamente adecuada es a la
vez una toma de posición respecto al conflicto político. En general, podría
resumirse el problema de la relación entre narración y cambio social diciendo
que los esquemas sociales heredados y tradicionales son un ambiente más
favorable para la narratividad convencional, y que las formas mismas de enlace
narrativo y coherencia arrastran siempre un lastre de mensajes sociales indeseables.
Nancy K. Miller ha observado los diferentes criterios de plausibilidad que
rigen los argumentos de las mujeres novelistas del XVIII y el XIX, relacionando
así la teleología, verosimilitud y coherencia de la narración tradicionales con
la voz hegemónica masculina.
Desde otro punto de vista tal vez
menos radical, SusanSniaderLanser elabora una teoría narratológica feminista
observando, por ejemplo, la importancia de la diferencia genérica entre los
sujetos de la comunicación narrativa (autor, narrador, lector, personaje...).
Lo que solemos entender por
narratología, el análisis formalista de la narración de tradición aristotélica,
desarrollado por el formalismo ruso, la escuela de Chicago y el estructuralismo
francés, adquiere un aspecto diferente. Aparece no como un método de descubrir
verdades ocultas en los textos (la existencia de determinado número de actantes
o de niveles de análisis, etc) sino como un proceso abstractivo que permita
encontrar un terreno común para las distintas disciplinas interesadas en el
estudio de la narración.
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Hola Profesor, el link para descargar en word está caído y estamos por rendir ahora en febrero, ¿lo podría volver a subir? Nos pusimos en contacto con la Profe Vallina, muchas gracias
ResponderEliminarHola Carolina, mejor dame tu mail y te paso el material que, por cierto, es el mismo que está acá colgado.
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