Ramond Carver es un escritor del que he leído solo lo que
les comparto hoy. Raymond Carver es un escritor del que he escuchado bastante
por parte de mi amigo, hermano y confidente Perro Verde. Raymod
Carver es un
escritor del que mi amigo me dijo que sería, según creía él conociendo mis
afinidades por lo desprolijo y callejero; “mi escritor”. Raymond Carver es un
escritor al que apenas me estoy acercando y que, si bien no sé si será mi
escritor, sí puedo afirmar que me ha agitado bien mucho el jopo con los cuentos
de Short Cuts, benemérita obra que hoy les comparto.
Ya sé, es bastante opaco y gris mi forma de expresar pero
bueno, tampoco se puede ser siempre grandilocuente y hacer aspavientos por todo
porque, en definitiva, cuando hago una crítica parece que todo es magnífico,
genial y excelente. Y no siempre es así. Con esto no quiero desdecirme o preparar el
terreno para una mala crítica porque Raymond Carver no será “mi escritor” pero
la pone. Y bien adentro como a mí me gusta. Así nomás lo digo.
Bien, vamos a chusmear un poco, solo un poco porque no me
sale muy bien y soy bastante bodoque para contar. Además, no tengo ganas. Lo
que sí me interesa charlar es sobre la polémica respecto al “ESTILO” de Carver.
¿La conocés?
Raymond Carver era un maldito perdedor que de a ratos escribía pero
siempre bebía. Pero a principio de los ´80, fue descubierto por Gordon Lish, un
editor que algo vio en este regordete de cara pálida y hábitos destructivos.
Entonces lo publicó. Para Carver era una muy buena oportunidad y ni dudó en
aceptar algunos cambios (tal vez alguno de ustedes, caretas de literatura
alterna, se escandalizarán y no querrán leer más de Carver o, más fácil, me
negarán) que, a la postre, dio a Carver fama, dinero y reconocimiento
internacional. Tanto es así que se puso de moda.
Y por qué tanta mala vibra con Lish, entonces, querido;
me digo mientras tomo cerveza y fumo un porro; porque fue él quien – según la
biografía de Carver escrita por Tess Gallagher, su segunda esposa - retocó tanto los relatos de Carver (principalmente
los aparecidos en “¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?”) que deformó su
estilo. Tanto es así, dice Gallagher, que los textos perdieron su esencia. No
obstante, según la crítica – y he aquí la paradoja – son los retoques de Lish
los que dieron al estilo de Carver el matiz de minimalismo que tanto se le ha
festejado y reconocido como gran mérito.
Mi héroe favorito Stephen King dice que es verdad, que el
puto de Gordon Lish cagó la escencia de Carver. Acá el artículo.
Por otro lado, un periodistucho de La Nación, no sin
sesudo análisis; dice que Stephen King es un deslenguado, que los textos de Carver
quedaron mejor gracias a la intervención de Lish. Que el hermoso jardín de
dones literarios que Carver es no pudo haber tenido mejor jardinero. Acá lo podés leer, pibe.
Yo no sé qué pensar porque solo he leído Short Cuts.